La innovación en sí mismo es un cambio de idea, producto o proceso. Ésta puede ser incremental o radical. Se considera innovación incremental cuando se crea un valor sobre un producto que ya existe, es decir, se le agregan nuevas mejoras. En cambio, la innovación radical tiene lugar cuando el producto o servicio que se ha incorporado es capaz en sí mismo de generar una nueva categoría provocando cambios revolucionarios.
Los principales ámbitos sobre los que puede darse la innovación son:
Producto
¿Tu producto no se distingue de la competencia? ¿Tu cliente te pide más rendimiento? ¿Tu estrategia se basa en una guerra de precios? Debes analizar el mercado y determinar qué aspectos del producto puedes modificar, mejorar o bien crear uno nuevo. Exprime sus propiedades para obtener resultados novedosos.
Por ejemplo si tu empresa se dedica a las aceitunas puedes crear un topping de aceitunas secas para condimentar platos creativos y que acompañe a los productos de la cocina mediterránea.
Proceso
Para poder realizar una innovación en este ámbito debes determinar principalmente tu punto de partida. ¿Qué proceso se lleva a cabo? ¿Cuánto tiempo consume? ¿Qué inversión económica se realiza? Determinar la forma de innovar supone una coordinación entre los distintos departamentos de la empresa para así determinar la efectividad de la situación actual.
Comercial y Marketing
La innovación comercial o de mercadotecnia consiste en la introducción de un nuevo método que atañe a mejoras en el diseño o presentación del producto. ¿Se pueden aumentar las ventas cambiando el diseño? ¿Qué canales de comunicación existen y cuáles estoy utilizando? En este ámbito realizar un análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) es importante para determinar nuestra posición en el mercado.
El éxito de las grandes empresas radica en la innovación, apostar por ella significa mejorar los procesos productivos, contratar a personal más cualificado y aumentar a largo plazo el número de ventas. Se crea así un círculo virtuoso que permite consolidar la empresa a nivel nacional para posteriormente abrir las puertas de la internacionalización. Las empresas deben luchar contra los aspectos que lleven a la desmotivación durante el cambio.
La internacionalización es también un proceso de innovación empresarial. Recordad que sólo es posible avanzar cuando se mira lejos (José Ortega y Gasset)
El segundo paso para triunfar es la exportación, para ello confía en una asesoría que te acompañe durante todo el proceso. En Oftex te asesoramos y ayudamos: exportamos con cabeza y de corazón.