Cada vez más empresas se atreven a dar el salto definitivo hacia la internacionalización, lo que significa enfocar su estrategia también al exterior con una visión global.
Pero ¿en qué consiste exactamente el proceso de internacionalización? Es un proceso mediante el cual una empresa que vende solo en el mercado nacional decide dar un paso más y comienza a comercializar sus productos lejos de sus fronteras.
La internacionalización no consiste en una presencia puntual en un país extranjero, es mucho más que eso. Tiene un impacto muy relevante en el funcionamiento de las empresas, ya que hay que desempeñar tareas en otro país, lo que hace que cambie la estructura y la forma de operar.
Además, el proceso de internacionalización no es estático, sino que se mantiene siempre activo y atraviesa diferentes fases.
Un paso hacia lo desconocido
Por lo tanto, la internacionalización es un paso hacia lo desconocido, hacia países con diferentes leyes, culturas, divisas y maneras de trabajar.
No es un proceso sencillo, por lo que necesita un gran conocimiento previo para llevarlo a cabo, además de un plan detallado y una rigurosa preparación antes de dar el salto.
Cuando una empresa se internacionaliza debe transformar sus departamentos más importantes: producción, diseño, ventas y dirección para adaptarse a las nuevas condiciones que se le presentan.
Es imprescindible tener en cuenta la logística y el nivel de producción según el país, sin olvidarse del personal, ya que lo más probable es que haya que aumentar la plantilla.
Se trata de un proceso delicado, por eso es necesario dejarlo en manos de profesionales con experiencia y conocimiento.
En Oftex llevamos más de 15 años ayudando a las empresas a desarrollar su negocio en otros países, ocupándonos de todo el proceso de internacionalización para que no se tengan que preocupar por nada.